Todo afán de conquista se emprende con un fin. Y si el amor es después de todo una batalla -cuándo no se lucha, contra un otro o contra sí- acaso sea la única que se libra aun a riesgo de salir con las manos vacías. Ese enfoque, debatido largamente desde distintos ámbitos del arte y la ciencia, vuelve ahora en tres nuevos títulos en librerías que, desde la narrativa y el ensayo, intentan respuestas sobre cómo los discursos sociales frenan las pulsiones, y cómo las construcciones culturales moldean los deseos.
Es que cuando se habla de amor, no todas las personas aluden a un mismo significado, aporta la licenciada en Psicología Patricia Faur, autora de Amores que matan. Cada uno vive "registros" diferentes, en función de su historia. En particular se refiere a los "vínculos adictivos", donde "hay un grado de dependencia enfermiza, en el que creemos no ser nada sin el otro".
Con un título de magister en Psicoinmunoneuroendrocrinología de la Universidad Favaloro, Faur precisa que son varias las causas que empujan a una mala elección y a quedarse en la relación. Entre ellas, errores en la percepción sobre el otro o baja autoestima y la consiguiente necesidad de ser querido. También Faur destaca el rol femenino en la transformación de una relación: "son las que más consultan, no porque sufran más -el hombre también lo hace, pero tiene una actitud evitativa y rechaza la consulta terapéutica- sino porque se enferman más", dice. El hombre, destaca, rechaza el duelo y busca afuera el "consuelo". Las mujeres son "las portavoces del conflicto", concluye.